¿Así suenan los últimos segundos antes de morir? De enfermera oncológica a un tecno onírico digno de los campos de su natal Gales, Kelly Lee Owens optó por otra ciencia: la del pulso, la frecuencia y los loops que elevan.
Pasantías en XL Recording, vendedora de discos, amiga de Daniel Avery. Un largo recorrido en Londres hasta dar con el LP que fue como ver la luz al final del túnel.
En 2017, lanzó “Kelly Lee Owens”. Homenajes a Arthur Russell, colaboración con Avery y Jenny Hval, además de una cantidad de atmósferas espectrales como si estuviéramos entre varios planos simultáneos.


Lo del 2020 fue otro tipo de sanación. “Inner Song“, su segundo disco, abre con un cover a Radiohead. Toma los arpegios para reversionarlos con sintes y darles una nueva y mejor vida instrumental. Soledad, naturaleza, John Cale y preocupación climática en un nuevo capítulo de Kelly.
Kelly Lee Owens nos hizo bailar, pero sin evadir, en medio del terror sanitario mundial. Todo gracias a sus texturas complejas que cautivaron también a nombres como Björk, St. Vincent, Jon Hopkins, The Chemical Brothers, Bicep y Depeche Mode.
Su exploración y divulgación, casi científica pues pareciera que siempre hay propósito en cada decisión sonora que toma, sea un pad agónico, cantar en galés, el kick de un bombo, la dulzura de su voz o la ausencia de ella, continúa con “LP.8” del 2022 y “Dreamstate” del 2024.

Tal como esperamos que sean los segundos antes de morir, su último trabajo suena liberador. Alquimia cerebral, huesos que no se van a quebrar, sino que van a desafiar la gravedad en el club y en la montaña, probando esos estados que no pudieron ser jamás: líquidos, lumínicos y eléctricos.