
¿Qué es mezclar agua con aceite en términos musicales? El blackmetal y el shoegaze se encontraron gracias al mejor disco de Deafheaven.
San Francisco, década del 2010 y el dúo Geoge Clarke y Kerry McCoy complejizó todo un género. Uniendo las palabras Deaf y Heaven como homenaje a Slowdive, los artistas musicalizaron el concepto tranquilo-nervioso en una fusión de shoegaze, metal pesado y post rock.
Un abrasivo muro de guitarras demostró que puede ser igual de melódico y reflexivo en un demo que los motivó a reclutar a otros tres músicos. Con formación completa dieron vida a “Roads to Judah“, primer disco responsable de abrir el portal: el fluir de la conciencia de Clarke sobre su año de abuso de sustancias fue acompañado por cuerdas atmosféricas y densas.
Si crees que el blackmetal es negro, esta banda demostró que, en realidad, es rosado. “Sunbather” cambió el juego. Aclamado por melómanos, también el que los elevó hasta las listas Billboard y los llevó de gira por Europa.
Es desolador y hermoso al mismo tiempo. Canciones largas que son vivencias personales capaces de reventar de forma evocadora, ruidosa y experimental. Nada en la época sonaba así, motivo suficiente para elevarlos al pináculo de un nuevo género: el blackgaze.
“New Bermuda”, “Ordinary Corrupt Human Love” e “Infinite Granite” dieron continuidad a una historia que tuvo voces limpias, historias conmovedoras, puentes a lo britpop, bombos bien thrash, también algo de dreampop.

Y todo lo que hemos aprendido de Clarke y McCoy se alinea con el título de su más reciente disco: “Lonely People with Power“, un lanzamiento que los devuelve a los inicios metaleros, sin olvidar jamás mirarse los zapatos mientras tocan.