Lorde: la adolescencia eterna hecha himnos pop

¿Y si la adolescencia no fuese una etapa, sino un lugar al que siempre podemos volver? De pelo desordenado y experiencias íntimas que parecen nuestras, Lorde construyó su propio trono para ser una ícono atípica del pop.

A los 16 arrasó con su EP “The Love Club”, pero fue “Pure Heroine” con la que se coronó. Beats minimalistas, letras punzantes y una sensibilidad que la volvió voz de una generación que siente y rebloguea en Tumblr. Una adolescencia encapsulada que le valió dos Grammy, siendo una de las artistas más jóvenes en lograrlo.

¿Y qué pasa cuando llegas a los 20? Es como una fiesta: empieza con euforia y termina en soledad, mirándote en el espejo del baño con una crisis existencial, y “Melodrama” lo retrata a la perfección. Un disco irrepetible, creado junto a Jack Antonoff.

Tras un viaje por la Antártica documentado en un fotolibro, nació “Solar Power”, un canto al mundo natural y a la calma después del caos. El 2024 brilló en el tributo de Talking Heads y en el remix del año con Charli XCX. Hoy vuelve con “Virgin”, una oda cruda al deseo, el no binarismo y trastornos alimenticios.

¿Será esa sinestesia – que la hace oír colores y ver sonidos – o esas reseñas de aros de cebolla lo que nos ha acompañado en el caos de ser jóvenes? Lorde nos ha dado refugio para retratar etapas sin miedo a recordar.

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